sábado, 28 de enero de 2012

Gramardhi (Prólogo - Parte final)

Nathaniel salió de detrás de los árboles y se marchó de allí. El Dolor decía que esa misma noche por fin obtendría respuestas. El joven esperaba que le dijeran por fin quién era, dónde se encontraba y si le iban a dejar irse al lugar al que pertenecía, si es que pertenecía a alguno. Por lo pronto, lo único que podía hacer era esperar a que pasaran las horas en aquel sitio. 

Nathaniel volvió a la sombra del árbol en que se echó la siesta anteriormente y esperó a que regresasen los tres peculiares personajes. Al cabo de un rato, avistó una figura y comprobó que era la Destrucción quien se acercaba. Vio a Nathaniel y se acercó a él.
Vaya, ¿llevas aquí todo el rato? Deberías haber dado una vuelta. El aire fresco de este lugar te vendría bien y a lo mejor recuperas alguno de tus recuerdos dijo en tono irónico la Destrucción. 

Disfrutáis con todo esto, ¿verdad? –dijo Nathaniel enfadado. 

Sí, disfrutamos mucho, porque por fin nuestros planes se van a llevar a cabo gracias a ti. 

No pienso ayudaros en nada. Lo único que quiero es marcharme de aquí. Ya es hora de que me digáis qué queréis de mí, por qué no recuerdo nada o dónde estoy. 

No te preocupes, esta misma noche saldrás de este lugar y comenzará tu misión dijo la Destrucción. Y será mejor que no trates de resistirte, porque estás aquí gracias a nosotros y sin nuestra ayuda no podrás recuperar tus recuerdos, aunque no estoy segura de que sea buena idea que los recuperes…

Es posible, pero no es agradable no saber siquiera quién soy. No creo que sea tan grave mi situación como para no querer saber de mi vida antes de llegar a este lugar respondió Nathaniel. ¿Tan grave es lo que hice? ¿Maté a alguien y mi conciencia no es capaz de vivir con la culpa? ¿Me encerraron en un psiquiátrico a causa de eso? 

¿Un psiquiátrico? la mujer soltó una carcajada. Mira, mejor no te voy a desvelar nada todavía. Esperemos a que lleguen mis compañeros y entre todos te lo trataremos de explicar. 

Estaba visto que no iba a obtener respuestas claras de momento, así que Nathaniel decidió esperar a los demás sin abrir la boca. La Destrucción no interrumpió su silencio y permaneció de pie apoyada en el tronco del árbol cuya sombra les cubría. 

Al cabo de un rato, la Soledad y el Dolor aparecieron juntos hablando animadamente acerca de algo que Nathaniel no llegó a oír, porque pararon de charlar cuando llegaron hasta la Destrucción y él. 

Bueno, Nathaniel, tenemos que hablar contigo dijo el Dolor. 

¿Por fin me vais a decir qué queréis de mí? preguntó Nathaniel receloso.

Sí respondió escuetamente la Soledad. 

Pero antes continuó la Destrucción, queremos que te pares a observar el lugar en el que te encuentras y te empapes de él, porque es muy difícil que lo vuelvas a ver tal y como está ahora mismo. 

¿Por qué? ¿Me vais a vendar los ojos para que no pueda volver a este lugar algún día? La verdad es que no tengo intención de volver... Este lugar me da escalofríos... 

Haznos caso y obsérvalo. Tómate el tiempo que desees inquirió la Soledad.

Nathaniel se levantó del suelo y miró a su alrededor. Era cierto, el lugar en el que se encontraban era bastante curioso. “¿De dónde ha salido todo este papel?” pensó. “Y estos árboles...”. No había reparado hasta el momento, pero el color de las hojas de esos árboles no era usual. 

Los árboles tenían troncos nudosos de color marrón oscuro casi negro, y sus gruesas ramas estaban pobladas de hojas de color violeta que se estaban tornando de color negro a medida que la luz del sol se alejaba para dar paso al crepúsculo. Alrededor de los árboles no crecía ni una sola planta más; tan solo briznas de hierba tapadas por la capa de papel que había en todo el prado. 

El chico cogió un trozo de papel y lo examinó. Estaba húmedo. Podría haber tenido algo escrito, pero la tromba de agua que caía cuando despertó había eliminado todo posible rastro de tinta. 

De pronto, recordó la orilla del río en la que había hablado con la Soledad, y su aún adormecida mente le insinuó que había algo que no encajaba. Nathaniel se dirigió a los tres siniestros personajes: 

Necesito comprobar una cosa. ¿Me esperáis aquí? 

No, preferimos acompañarte respondió el Dolor. 

Está bien. 

Los cuatro marcharon hacia la orilla del río, y Nathaniel miró el agua que fluía. Enseguida descubrió lo que su mente le había puesto sobre aviso: el agua no era transparente ni de color azul. No se podía ver el fondo del río, ya que el líquido que circulaba distaba un poco de ser agua por su color cercano al del ébano. Se agachó y metió una mano en el 

¿Y bien? preguntó el Dolor. ¿Qué te parece? 

Un lugar bastante inusual respondió Nathaniel. ¿En qué parte del mundo estamos? 

—En el fondo sabes la respuesta le respondió la Destrucción. 

¿Yo? Pensé que me ibais a aclarar todo este asunto... 

Nathaniel sacó la mano del río y se levantó. 

Ese río claramente no transporta agua... ¿Qué es ese líquido negro? 

Una representación de tus recuerdos caóticos perdidos dijo la Soledad.

Ya, claro, seguro... ¿Y ese papel quién lo ha desperdigado por el prado? 

Tú dijeron la Soledad, la Destrucción y el Dolor al unísono. 

Exacto, del mismo modo que has puesto este árbol, y aquel, y ese otro... siguió diciendo la Destrucción. 

¿Pero qué dices? ¿Estás loca? 

No está loca le respondió el Dolor. Ya te dije que yo soy una parte de ti y tú una parte de mí. 

Para que lo entiendas mejor, lo que quiere decir mi compañero es que nosotros tres y todo lo que hay en este prado somos parte de ti y tú representas el todo continuó la Soledad. 

Nathaniel estaba harto de esa gente. Tenía que salir de allí, y rápido. Dio unos pasos para alejarse de ellos y del río pero de repente comenzó a sentirse mal y sus piernas flaquearon. Mientras el crepúsculo le cedía el testigo a la impenetrable oscuridad de la noche, alcanzó a oír unas palabras antes de perder el conocimiento: 

Sí, Nathaniel, ha llegado el momento de despertar…
comentarios

2 comentarios :

  1. Me declaro GRAN fan de estos relatos. A los que nos ha gustado nos tienes con la intriga :(

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    1. Algún día retomaré la historia cuando tenga el blog más asentado y ponga unas cuantas entradas del resto de secciones :). La historia de Nathaniel seguirá adelante.

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