Hoy quería presentarles el texto que escribimos a medias Adrián Argudo (presentador del programa Damos Voz, del que les dejo aquí sus cuentas de Twitter y Facebook) y servidor para una clase de redacción de discursos. El enunciado que se nos dio, que tenéis tal cual en negrita más adelante, nos marcaba la línea a seguir: convencer de la necesidad de defender y ampliar los derechos laborales. A continuación voy a explicar un poco las cosas que incluimos y por qué están ahí.
Después de una introducción para captar la atención, mediante una frase muy corta y eficaz, el discurso arranca con algo muy concreto, real. Creo que no es necesario explicar cómo está la situación laboral a día de hoy en España, y no nos costó nada encontrar un ejemplo que nos sirviera para ilustrarla. No lo contamos nosotros, no nos lo inventamos ni exageramos. Lo enseñamos con la oferta en la mano. Esto es lo que hay.
Seguimos dando datos, necesarios para acotar más el contexto en el que estamos: 2 euros la hora (lo que cobraba mi compañero en la empresa en la que hacía prácticas en ese momento) y el siguiente párrafo está sacado de dos noticias que salieron la misma semana en la que redactamos el discurso.
Después de los datos objetivos, llega la hora de concienciar, de buscar la empatía de los que escuchan el discurso. Esto lo buscamos sobre todo con otra frase demoledora: "Trabajamos para vivir, no para sobrevivir". Es una forma de decir: ¿os habéis parado a pensar en lo que nos espera? ¿Es esto lo que queréis?
Para continuar volvemos a ofrecer otro dato, pero esta vez en forma de comparación, por lo que le da un toque de incitar a la acción, sobre todo por lo cercano de la misma. No nos vamos lejos, ni a casos hipotéticos, nos vamos al país vecino.
Luego llegamos al momento de plantear soluciones. Si se pretende abordar un problema, incitando al que escuche a forma parte activa a la hora de solucionarlo, lo mejor es pasar a hablar cómo arreglarlo. Aunque no se tenga una solución segura o que tenga altas probabilidades de resultar exitosa, pero es una forma de transcender el debate inicial. Ya hemos convencido de que es necesario defender los derechos laborales, pero no nos conformamos con eso, lo llevamos al siguiente nivel para iniciar un nuevo debate. Lo hacemos mediante un ejemplo en el que salió bien (no sabemos si la solución es la correcta, pero hay casos en que sí, podemos probarlo por tanto) y mediante otra frase para reforzarlo: "Si luchamos podemos perder, si no luchamos estamos perdidos".
Es una conquista social en Europa que debe protegerse y ampliarse. No debemos competir con aquellos países que no garanticen estos derechos.
Seré breve pero intenso, como el buen café.
Esta semana estaba mirando entre las ofertas de prácticas y encontré esta. Tajo Media busca becario para trabajos de redacción, maquetación, edición y fotografía, así como reportajes y entrevistas para medio de comunicación papel, web y TV digital.
Después de una introducción para captar la atención, mediante una frase muy corta y eficaz, el discurso arranca con algo muy concreto, real. Creo que no es necesario explicar cómo está la situación laboral a día de hoy en España, y no nos costó nada encontrar un ejemplo que nos sirviera para ilustrarla. No lo contamos nosotros, no nos lo inventamos ni exageramos. Lo enseñamos con la oferta en la mano. Esto es lo que hay.
Seguimos dando datos, necesarios para acotar más el contexto en el que estamos: 2 euros la hora (lo que cobraba mi compañero en la empresa en la que hacía prácticas en ese momento) y el siguiente párrafo está sacado de dos noticias que salieron la misma semana en la que redactamos el discurso.
Después de los datos objetivos, llega la hora de concienciar, de buscar la empatía de los que escuchan el discurso. Esto lo buscamos sobre todo con otra frase demoledora: "Trabajamos para vivir, no para sobrevivir". Es una forma de decir: ¿os habéis parado a pensar en lo que nos espera? ¿Es esto lo que queréis?
Para continuar volvemos a ofrecer otro dato, pero esta vez en forma de comparación, por lo que le da un toque de incitar a la acción, sobre todo por lo cercano de la misma. No nos vamos lejos, ni a casos hipotéticos, nos vamos al país vecino.
Luego llegamos al momento de plantear soluciones. Si se pretende abordar un problema, incitando al que escuche a forma parte activa a la hora de solucionarlo, lo mejor es pasar a hablar cómo arreglarlo. Aunque no se tenga una solución segura o que tenga altas probabilidades de resultar exitosa, pero es una forma de transcender el debate inicial. Ya hemos convencido de que es necesario defender los derechos laborales, pero no nos conformamos con eso, lo llevamos al siguiente nivel para iniciar un nuevo debate. Lo hacemos mediante un ejemplo en el que salió bien (no sabemos si la solución es la correcta, pero hay casos en que sí, podemos probarlo por tanto) y mediante otra frase para reforzarlo: "Si luchamos podemos perder, si no luchamos estamos perdidos".
Espero que esto les haya resultado interesante y les ayude a comprender cómo escribimos el discurso que sigue, que mejora mucho pronunciado en voz alto. Deseo que les guste.
Es una conquista social en Europa que debe protegerse y ampliarse. No debemos competir con aquellos países que no garanticen estos derechos.
Seré breve pero intenso, como el buen café.
Esta semana estaba mirando entre las ofertas de prácticas y encontré esta. Tajo Media busca becario para trabajos de redacción, maquetación, edición y fotografía, así como reportajes y entrevistas para medio de comunicación papel, web y TV digital.
Este es sólo un ejemplo de cómo muchas
empresas se aprovechan de becarios para
cubrir los puestos de trabajo de una plantilla normal. Muchos estudiantes
tienen que incluso pagar para trabajar, porque no da ni para los gastos de
transporte. Claro, a 2 euros la hora.
Casi cuatrocientas empresas han aprovechado la reforma laboral para recortar derechos a los trabajadores. Uno de cada once alemanes está pluriempleado, y eso que Alemania es el ejemplo puesto a seguir por muchos en materia económica.
Casi cuatrocientas empresas han aprovechado la reforma laboral para recortar derechos a los trabajadores. Uno de cada once alemanes está pluriempleado, y eso que Alemania es el ejemplo puesto a seguir por muchos en materia económica.
El sueño de los trabajadores no es tener que estar pluriempleados, rezando por poder llegar a fin de mes. Y no hablemos de pensar en lo que nos puede quedar de pensión cuando nos jubilemos, allá por los casi ochenta años.
Trabajamos para vivir, no para sobrevivir.
Dado que nuestros representantes políticos no hacen nada para acabar con esto, recordemos que en Francia los becarios cobran el salario mínimo interprofesional de 1.445 euros, debemos ser nosotros, los trabajadores, los que luchemos por nuestros derechos.
Puede que la solución no esté clara. Quizás ayude negarnos a aceptar estas condiciones pseudolaborales. Quizás sea en protestar, manifestarnos hasta que la unión de Gobierno y empresas reconozca y proteja estos derechos.
Si nos unimos podemos triunfar, como en el caso de los desahucios. Hay personas a las que se les echa de su casa, se les embargan sus bienes y se les deja en la calle con una deuda. La solidaridad de los ciudadanos hace que se eviten estos casos.
Si luchamos podemos perder, si no luchamos estamos perdidos.
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