Los pasados días 27 y 28 de noviembre de 2013, el cantante inglés Jamie Cullum visitó nuestro país con motivo de su gira mundial Momentum para presentar su último disco con el mismo nombre.
Si te gusta este cantante y compositor y no pudiste asistir a sus conciertos de Madrid o Barcelona, en esta entrada pretendo acercarte la experiencia a través de la crítica realizada por Diego Peláez, autor de la popular crítica del concierto de Philippe Jaroussky en Madrid.
Si te gusta este cantante y compositor y no pudiste asistir a sus conciertos de Madrid o Barcelona, en esta entrada pretendo acercarte la experiencia a través de la crítica realizada por Diego Peláez, autor de la popular crítica del concierto de Philippe Jaroussky en Madrid.
Diego asistió al concierto que Jamie llevó a cabo en la sala La Riviera de Madrid el 27 de noviembre. A continuación, te dejo la crítica para que la disfrutes:
Please Don't Stop the music...
Tras una sutil introducción de unos texanos teloneros que dejaron un buen sabor de boca de lo que vendría después, un Jamie Cullum excitado apareció en el escenario. Y cuando digo excitado me refiero a eufórico; una euforia inicial que a más de uno nos dio por pensar que esa taza de té de la que el pianista bebía, podía estar un poco "condimentada".
Nada más empezar, Jamie recoge unas baquetas y mientras canta, toca una caja en mitad del escenario, cuando, al primer toque de caja, una de las baquetas se rompe por la mitad y sale despedida hacia atrás. Si las baquetas pudieran hablar, seguramente estarían agradecidas de que Jamie Cullum no fuera percusionista, pues en tal caso, podríamos llamarle "el rompebaquetas".
Y lo cierto es que su euforia ha sido colectiva y nos la ha contagiado a todo el público. Mediante espectaculares movimientos nos ha regalado de nuevo la imagen del pianista subido al piano, ha salido ese gamberro con cara de niño bueno al que no le dejan tocar el piano, no sea que lo rompa. Y cuando se sienta al piano, aparece el jazz. Acompañado por una banda de músicos de primerísima calidad, ya más calmado, Jamie ha dejado ver una faceta que bien podríamos definir como virtuosística, sus geniales improvisaciones trasladan a otros estilos musicales, dejando fluir sus influencias.
El pianista regala al oído un tema tras otro, mientras el espectador escucha atento y en silencio, un público que se ha volcado, deseando que no llegue el final, que el piano no cese, que sigan sonando esas teclas y que sus dedos no dejen de moverse sobre el teclado con ese estilo propio que le caracteriza, que el concierto no acaba, please, don´t stop the music...
Cullum es un pianista que tiene mucha clase. Desgarbado, rebelde, sin tapujos ni complejos, en sus directos se agradece que deje de lado las facetas más pop de sus grabaciones y se centre mucho más en el jazz. Esta noche no han faltado las geniales improvisaciones jazzeras, mezclando la tradición con lo contemporáneo, llegando a realizar una verdadera Jam Session con el resto de sus músicos en un espectáculo lleno de ambientes sonoros, interacciones con el público, y sobre todo, de jazz.
Y no puedo terminar sin mencionar a los músicos que le acompañaban. La magistral interpretación del violonchelista ha sido increíble y quiero resaltar además la actuación del batería que ha sido sublime. El trompetista y el saxofonista poseen una versatilidad envidiable, tocando además instrumentos de percusión, teclados, sintetizadores y guitarras eléctricas. Entre todos nos han trasladado al ambiente americano de los años 50. No se les puede pedir más. Para culminar, Jamie Cullum ha tocado tres temas él solo, a piano y voz, donde de nuevo ha demostrado una técnica pianística de un músico de renombre, quizá porque él ya lo es.
Por otro lado, los que ya somos asiduos a la sala La Riviera de Madrid, estamos acostumbrados a su nefasta acústica, pero quizá los que hayan acudido por primera vez se hayan sorprendido esta noche cuando en ocasiones el bajo se escuchaba más alto que el propio piano, o cuando los graves les han dejado destrozado el tímpano. Es verdaderamente una pena que una de las salas de conciertos que aguanta estoicamente los envites de la crisis financiera y que gestiona conciertos de alta calidad, tenga una acústica más propia de unas fiestas de barrio. Quizá sean los propios intérpretes los que deban elegir una sala más acorde a su calidad.
Nada más empezar, Jamie recoge unas baquetas y mientras canta, toca una caja en mitad del escenario, cuando, al primer toque de caja, una de las baquetas se rompe por la mitad y sale despedida hacia atrás. Si las baquetas pudieran hablar, seguramente estarían agradecidas de que Jamie Cullum no fuera percusionista, pues en tal caso, podríamos llamarle "el rompebaquetas".
Y lo cierto es que su euforia ha sido colectiva y nos la ha contagiado a todo el público. Mediante espectaculares movimientos nos ha regalado de nuevo la imagen del pianista subido al piano, ha salido ese gamberro con cara de niño bueno al que no le dejan tocar el piano, no sea que lo rompa. Y cuando se sienta al piano, aparece el jazz. Acompañado por una banda de músicos de primerísima calidad, ya más calmado, Jamie ha dejado ver una faceta que bien podríamos definir como virtuosística, sus geniales improvisaciones trasladan a otros estilos musicales, dejando fluir sus influencias.
El pianista regala al oído un tema tras otro, mientras el espectador escucha atento y en silencio, un público que se ha volcado, deseando que no llegue el final, que el piano no cese, que sigan sonando esas teclas y que sus dedos no dejen de moverse sobre el teclado con ese estilo propio que le caracteriza, que el concierto no acaba, please, don´t stop the music...
Cullum es un pianista que tiene mucha clase. Desgarbado, rebelde, sin tapujos ni complejos, en sus directos se agradece que deje de lado las facetas más pop de sus grabaciones y se centre mucho más en el jazz. Esta noche no han faltado las geniales improvisaciones jazzeras, mezclando la tradición con lo contemporáneo, llegando a realizar una verdadera Jam Session con el resto de sus músicos en un espectáculo lleno de ambientes sonoros, interacciones con el público, y sobre todo, de jazz.
Y no puedo terminar sin mencionar a los músicos que le acompañaban. La magistral interpretación del violonchelista ha sido increíble y quiero resaltar además la actuación del batería que ha sido sublime. El trompetista y el saxofonista poseen una versatilidad envidiable, tocando además instrumentos de percusión, teclados, sintetizadores y guitarras eléctricas. Entre todos nos han trasladado al ambiente americano de los años 50. No se les puede pedir más. Para culminar, Jamie Cullum ha tocado tres temas él solo, a piano y voz, donde de nuevo ha demostrado una técnica pianística de un músico de renombre, quizá porque él ya lo es.
Por otro lado, los que ya somos asiduos a la sala La Riviera de Madrid, estamos acostumbrados a su nefasta acústica, pero quizá los que hayan acudido por primera vez se hayan sorprendido esta noche cuando en ocasiones el bajo se escuchaba más alto que el propio piano, o cuando los graves les han dejado destrozado el tímpano. Es verdaderamente una pena que una de las salas de conciertos que aguanta estoicamente los envites de la crisis financiera y que gestiona conciertos de alta calidad, tenga una acústica más propia de unas fiestas de barrio. Quizá sean los propios intérpretes los que deban elegir una sala más acorde a su calidad.
Diego Peláez. 27-11-2013
No se puede terminar esta entrada sin dejar una pequeña muestra de la actuación de Jamie Cullum en Madrid.
Finalmente, quiero agradecer por partida doble a Diego. Primero, por permitirme publicar su crítica, y segundo, por confiar en nosotros una vez más para compartirla con nuestros lectores.
No se puede terminar esta entrada sin dejar una pequeña muestra de la actuación de Jamie Cullum en Madrid.
Finalmente, quiero agradecer por partida doble a Diego. Primero, por permitirme publicar su crítica, y segundo, por confiar en nosotros una vez más para compartirla con nuestros lectores.
Un saludo y hasta la siguiente entrada ;).
Un gran pianista sin duda, un deleite al oído. Felices fiestas Alfredo
ResponderEliminarMe alegro de que te guste su música, Alejandra. Felices fiestas y feliz año ;):
Eliminar