viernes, 3 de junio de 2011

Mi vida después de ti

Aquí me tienes de nuevo
como siempre en el mismo lugar
aún te sorprendes por la vida que llevo
¡qué ironía!, es la que tú me ansiabas regalar.

Impertérrito ante el vaivén
del tiempo
me observas con sagaz curiosidad
no considero tu compañía un tormento
pero eso no me devolverá la felicidad.

Tu juventud es envidiable
y tu vitalidad no tiene explicación
no me analices, espíritu indomable,
pues solo hallaras oscuridad en mi corazón.

No pongas cara de no saber lo que pasó
tú mejor que nadie conoces el motivo de mi apatía
fuiste el que todas mis esperanzas desbarató,
tu mera presencia me recuerda la vida que llevo desde aquel día.

Seguramente soy masoca
al pensar que es sufrir lo que me toca
pero es que no consigo hallar consuelo
ni siquiera reviviendo el tacto de su cuerpo.

No sé por qué te cuento a ti esto
ya que fuiste el arma ejecutora de este sopor.
Ese día de un mes que no recuerdo querías verme sufrir
y que mejor modo de hacerlo que obligarme a verle morir.
Arrancaste mi alma de su tiesto
y en su lugar plantaste la semilla del dolor.

Mar negro y tenebroso
entre tus aguas ahogaste mi sueño encantado,
pero mientras siga respirando
acudiré cada noche a esta playa para sentirlo a mi lado,
porque a pesar de haberme hundido en un foso
este corazón por él seguirá palpitando.

Ahora que has recordado lo que hiciste
márchate lejos y déjame disfrutar de esta brisa
pues arrastrada por ella desde aquella isla
su voz me susurra al oído que no esté triste.
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