Cuando desperté no veía nada a mí
alrededor, todo estaba muy oscuro y no veía más allá de mi mano. A tientas,
intenté levantarme pero fue en vano porque mis piernas no respondían a mis
órdenes, todo me daba vueltas, no recordaba nada y me dolía todo el cuerpo.
Giré lentamente la cabeza hacia mis espaldas y vi una especie de línea con luz.
Avancé una mano hacia donde provenía la luz, y toqué algo que parecía ser una
rama. Lo cogí y me lo llevé cerca de los ojos. Mi sorpresa fue enorme cuando
descubrí que lo que tenía en la mano era en realidad, huesos; huesos que aún
conservaban algo de carne. De repente, escuché una especie de sonido raspante y
giré rauda la cabeza hacia el otro extremo de la celda, porque donde me hallaba
no parecía otra cosa que una celda. Y cuando mis ojos por fin se lograron
adaptar a la oscuridad, vi que unas ratas estaban royendo parte de un
esqueleto, al que llegué a la conclusión de que pertenecía la mano que yo aún
sujetaba.
Al
cabo de un rato logré controlar mis impulsos de gritar, llorar, todas esas
emociones que te embargan cuando estás sola y no sabes muy bien qué ha pasado a
tu alrededor. Con lo cual, me incorporé no sin esfuerzo, y logré llegar hasta
lo que parecía la puerta de la celda. La puerta estaba cerrada, pero al tacto
se notaba que estaba raída por muchos años y comencé a golpearla con las pocas
fuerzas de las que poseía. La puerta se abrió de golpe y caí sobre los cuerpos
sin vida de hombres, mujeres y niños de razas que yo misma no conocía. Y caí de
rodillas ante el horror que veían mis ojos. Al caer comprendí que me hallaba
desnuda y cubierta de sangre que aparentemente no era mía. Comencé a recorrer
los pasillos haciéndome acopio de fuerzas y valor, y también fui reuniendo
armas, ropa, armaduras ajadas y oxidadas por el paso del tiempo, y por
casualidad encontré un trozo de pan mohoso y un cuarto de queso que los ratones
tenían a medio terminar. Y me encaminé hacia lo que parecía la puerta. En mi
camino lo único que logré encontrarme fueron los cuerpos mutilados de muchas
personas. Todo a mi alrededor era muerte. Y yo no entendía nada de lo que había
pasado. No recordaba nada de lo que había pasado antes de despertar... Cuando
salí al exterior de la fortaleza, mi visión de lo que había ocurrido fue mucho
peor, si pensaba que dentro de la fortaleza era un horror, fuera,… no sé cómo
expresar mi terror cuando vi lo que vi. El campo de delante de la fortaleza,
estaba entero lleno de cadáveres, pilas y pilas de cadáveres, y a la vista
nadie había sobrevivido. Comencé a abrirme paso hacia adelante por todos los
medios... Allí reunidos había hombres y mujeres humanos, también había algún que
otro goblin y unos cuantos elfos mestizos. Odiaba esa imagen de los elfos
mestizos. Llevaba andando un buen rato cuando de pronto me encontré, en mitad
de esa masacre, el cuerpo sin vida de un crío, y me derrumbé. No pude
soportarlo más.
Con la poca imaginación que tengo lo cierto es que me ha parecido un despertar bastante gore heheh pero interesante historia fantástica debe ser la de Elensar si empieza tan templada entre tanto cadaver.
ResponderEliminarSaludos amig@s
traffic-club
cambiando el paradigma